En general, los gobiernos regionales son una estafa. El pueblo pide salud, educación, seguridad y agua, y las autoridades hacen monumentos, rompen pistas y construyen piletas sin agua. Es decir, roban.

¿Qué hacer para corregir la situación?

(1) Transparentar la gestión regional. La agenda del presidente regional debe ser pública y todas las compras y contrataciones también.

(2) Premiar la eficiencia de los servidores públicos y sancionar el maltrato a los ciudadanos.

(3) Propiciar la participación de la ciudadanía en la asignación presupuestal de las regiones. ¡A ver si la ciudadanía va a preferir un monumento ridículo a una ambulancia o una red de agua potable para su pueblo!

(4) Achatar la estructura organizacional de la región. Bajar de su nube al presidente regional y ponerlo al nivel de los médicos, maestros y policías. ¡Ya es hora de detener la estafa regional!


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