Hablando de inversiones en época de crisis, quisiera referirme al enorme potencial agroindustrial que tiene Piura y que por falta de permisos, se está desaprovechando innecesariamente.

Aunque resulte difícil de creer, Piura – concretamente el río Chira – tiene cualquier cantidad de agua dulce que se pierde en el mar todo el año; inclusive en los estiajes. Por otro lado – aunque también parezca mentira – comunidades campesinas piuranas, tienen muchas tierras eriazas que quieren poner en valor y que podrían irrigarse precisamente con esas aguas sobrantes.

¿Qué hace falta para que esas aguas sobrantes y esas tierras comunales desérticas entren en producción? Inversiones. ¿Pero qué hace falta para que esas inversiones se lleven a cabo? Permisos.

¿Se dan cuenta? Por falta de permisos; es decir de papeles, un poco de tinta y unos cuantos sellos, autoridades gubernamentales están demorando inversiones millonarias que harían realidad el plan anticrisis anunciado por el propio presidente de la República. Por falta de permisos, el Perú podría perder el desafío presidencial de crecer y progresar en época de crisis. O sea, el Gobierno contra el Gobierno. El Plan anticrisis ganará si el propio Gobierno agiliza los permisos que requieren las inversiones.

Más claro, ni el agua que se pierde en el mar.

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La verdad que a mí, el desafío presidencial mi importa muy poco, porque ya sé lo hablador que es Alan García y que lo único que le importa es quedar bien cuando habla o aparece en cámaras... ¿Qué esperaban? Que nos diga que su desafío es decrecer en el 2009... Obvio que no. Ya se sabe que él no mueve un dedo; sólo sabe mover los labios.

Por eso creo que lo más importante aquí no es pensar si se cumple o no el reto presidencial, o las cifras macroeconómicas, sino en lo que pierden los pobladores de la zona al impedir que este proyecto salga adelante por una bendita licencia de agua.

Esa gente vive en condiciones de extrema pobreza, sin luz, agua, desagüe, postas médicas, entre otras cosas; y soy de la idea que todo presidente (y su equipo de trabajo) debería romperse el lomo para que sus compatriotas tengan una mejor calidad de vida, en especial los que viven en extrema pobreza.

No es justo que por una sarta de incompetentes, egoístas y desinteresados que trabajan en el gobierno, esa gente tenga que esperar para que las inversiones y el desarrollo lleguen a su comunidad.

Ojalá se solucione esto pronto, y que pronto también lleguen los beneficios a la gente de la comunidad, ya que sus necesidades son mucho mayores que las de Alan García y los "pituquitos de sus hijos".