Sustancias que envenenan ríos y suelos

Lima, ago. 08 (ANDINA).- Alrededor de 700 mil litros de agroquímicos se aplican anualmente a los cultivos de coca destinados al narcotrático para lograr altos niveles de productividad, sustancias que envenenan ríos y suelos, y depredan la flora y fauna de la Amazonía peruana, informó el gerente de Medio Ambiente de Devida, Lucio Batallanos.

Precisó que entre los agroquímicos figuran fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas.

“Los productores de coca no son conscientes de los peligros que conlleva la aplicación de más de 700 mil litros de estas sustancias químicas que persisten un tiempo en el suelo, para luego trasladarse a los cursos de agua y de allí a la biodiversidad y a la población al consumir sus alimentos, ocasionando en unos casos la depredación inmediata y en otros enfermedades y mortandad por acumulación de toxinas”, señaló.

El informe “Monitoreo de Cultivos de Coca. PERU 2009” de la Oficina Contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas (ONUDD) manifiesta que “de lo que se habla muy poco es de los grandes volúmenes de agroquímicos que emplea el productor cocalero para elevar los rendimientos de hoja y por lo tanto de la producción potencial de clorhidrato de cocaína”.

“La alta tecnología del cultivo -mayor número de plantas por hectárea- acompañada de un intenso uso de agroquímicos ha hecho que la producción de hoja de coca se incremente y posibilite la mayor producción potencial de cocaína, que para el 2008 fue de 302 TM”, indica ONUDD.

Batallanos señaló que el exceso de fertilizantes en el agua ocasiona la pérdida de oxígeno en los cuerpos de agua por reproducción desmedida de las algas, con mortandad de las especies animales acuáticas.

Además, los insecticidas, algunos de ellos de uso prohibido por el Ministerio de Agricultura, depredan a las especies benéficas polinizadoras, dispersoras de semillas y controladoras de plagas.

Del mismo modo, la exposición directa del agricultor a la contaminación con los agroquímicos, debido a manejos indebidos como su almacenaje en casa y la manipulación sin medidas de protección apropiadas, constituye un serio peligro para la salud de la familia rural.

Por último, se considera que las hojas de coca sometidas a la aplicación intensiva de agroquímicos no son aptas para el consumo humano por el enorme riesgo para la salud de las personas, requiriéndose en todo caso la certificación orgánica de este producto para asegurar que serán aprovechadas sus propiedades medicinales, caso contrario constituyen un serio peligro para la salud.

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