ValleGrande

Desde hace años, las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), han ido evolucionando y corrigiéndose desde su aparición en el mercado agrícola peruano y cada vez se hace más compleja y deja menos vacios en su cumplimiento.

Esta normativa que apareció en Europa en la década de los 90, como iniciativa de un grupo de comerciantes, debido a problemas de salubridad e inocuidad en los alimentos y que en el Perú empezó a crecer comercialmente, a inicios del 2000 debido al auge de las exportaciones agrícolas, se ha constituido en el núcleo de la agricultura moderna, al integrar bajo un solo concepto las exigencias agronómicas y las del mercado.

Las BPA nos ayudan a ordenar y sistematizar procesos y documentos, propios del trabajo de campo, que se hacen pero que no se documentaban o archivaban como fuente escrita ya que esto posibilita encontrar y seguir el rastro del trabajo realizado en todas las etapas de producción, transformación y distribución de un alimento.

Para el consumidor final, las Buenas Prácticas Agrícolas aseguran un producto sano e inocuo para su consumo, así también contribuyen con la protección del medio ambiente y la salud de las personas involucradas.

Para el proceso de exportación constituyen una valiosa herramienta, ya que permite satisfacer de mejor manera las demandas del mercado donde ya no solo se toma en cuenta la calidad del producto, sino además las condiciones bajo las cuales se efectuó su producción, embalaje, almacenamiento y transporte.

En estos momentos en que las exportaciones peruanas vienen creciendo año a año podremos observar que los niveles de producción van aumentando y con ello el abanico de variedades respectivas de cada producto pero ello también requiere tener en cuenta tanto la calidad como la cantidad producida.

Con las firmas de los tratados de libre comercio (TLC), que se han firmado hasta ahora, nos hace presagiar un futuro bastante prometedor para los diversos frutales sobre todo nativos.

Incluso hace unos años atrás gremios de productores, exportadores, organismos estatales y empresas certificadoras conformaron un grupo de trabajo interesante, para trabajar una propuesta nacional de la normativa en concordancia con la nueva legislación de inocuidad, posibilidad de homologación, así con esto lograremos tener una mejor imagen del país, que se traducirá en más ventas, además aumentará la confianza de los consumidores, conciliará la seguridad alimentaria y el control de calidad, permitirá la evaluación de los proveedores en base a un estándar propio y validado.

Finalmente, cabe indicar que las Buenas Prácticas Agrícolas nos ayudarán a alcanzar, mantener y mejorar la calidad de los alimentos, ya que si cumplimos con esto estaremos afirmando lo siguiente:

• Decir lo que se hace.
• Hacer lo que se dice y
• Poder demostrarlo.

Lic. Adolfo Daga Gonzales
Monitor del IESTP Valle Grande
www.irvg.org
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