Agricultura con visión empresarial
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- 24/08/12 a las 10:28 AM (1797 Visitas)
Desde hace más de 45 años, Valle Grande se propuso ayudar a los agricultores y ganaderos del Valle de Cañete y Yauyos, desarrollando actividades de formación, capacitación, investigación y transferencia de tecnologías.
Mucho se recuerda las Escuelas Radiofónicas Populares Americanas – ERPA (1965), el Instituto Rural de Formación Acelerada – IRFA (1966), el Programa de Capacitación Profesional a Técnicos Agrarios – CPTA (1984), el Programa Integral de Producción de Algodón – PIPA (1991), el Instituto de Educación Superior Tecnológico Valle Grande (1992), la Corporación de Desarrollo del Nor Yauyos – CODENY (1997) y el Centro de Formación para el Desarrollo de la Agricultura – CFDA (2008).
La evolución de los distintos programas de formación ha ido de la mano con el desarrollo que ha mostrado el sector agrario y las necesidades de los agricultores que lo componen, cuya realidad hace 47 años, es muy distinta a la que ahora atraviesan. Si bien es cierto, la agricultura, como principal actividad económica del Valle de Cañete, no ha desarrollado al ritmo de otros sectores económicos del país, sí cuenta con herramientas y posibilidades reales de crecimiento.
Son muchos años los que han pasado desde aquel 1965 y hoy en día, vemos con mucha satisfacción, el crecimiento de aquellos agricultores que se convencieron de que la educación es la base de todo desarrollo, que cambiaron las formas tradicionales y empíricas con las que desarrollaban su labor diaria, por métodos técnicos y estudiados, que, complementado por la vasta experiencia del agricultor, dan como resultado mejoras en la productividad agraria, obteniendo con ello, mejor calidad de producto.
El pequeño agricultor que no se decide a tomarse en serio su formación, seguirá enfrentándose a problemas difíciles de solucionar, por ejemplo, costos elevados de los recursos financieros, costos elevados de insumos, bajos precios de venta de productos y deterioro del recurso natural del valle. El agricultor debidamente formado, se enfrentará a estos mismos problemas, pero con muchas más herramientas, aprendidas en un aula de clase y discutidas con otros agricultores y con profesionales que les orientan hacia un mejor desempeño.
Una de las características de la formación que se imparte en Valle Grande, es la visión empresarial de la agricultura. Hace algunos años, mencionar esto tal vez no significaba mucho, puesto que la agricultura se manejaba de una manera tradicional, bajo la prueba y el error y siendo una agricultura de subsistencia, no se podía aspirar a la atención de un gran mercado.
Las exigencias del mercado han incrementando año tras año, lo que empuja a cambiar la forma de trabajo agrícola. Hoy en día se habla de agricultura orgánica, cuidado del medio ambiente, uso de tecnologías para mejorar productividades y el agricultor que no está debidamente preparado para atender las exigencias del cliente, simplemente está destinado a mantener su actividad a nivel de subsistencia, sin ofrecer posibilidades de desarrollo a su familia ni al sector al que pertenece.
Es por ello que nuestra preocupación es despertar en los agricultores la actitud necesaria para poder afrontar los nuevos retos de la agricultura moderna. Los manejos basados en la experiencia adquirida en todos los años de trabajo no son válidos si es que no se complementa con saberes científicos y técnicos. El agricultor debe entender que la agricultura es una profesión, que como tal requiere de saberes que le ayuden a manejarse de manera profesional y con visón de futuro.
La agricultura moderna depende de la tecnología y las ciencias físicas y biológicas. La irrigación, el drenaje, la conservación y la sanidad, que son vitales para una agricultura exitosa, exigen conocimiento especializado por parte no sólo de los ingenieros, sino además de los propios agricultores que manejan el campo.
Todos hablan de la crisis del agro, todos quieren remediarla, ya sea con un cambio de ministro, con concertación, con aranceles, con más crédito. Y, sin embargo, uno mira las cifras y se pregunta, ¿dónde está la crisis?
Las causas del crecimiento del sector, en cifras económicas, se deben a la inversión en mejoramiento de tierras y adquisición de maquinaria y equipo, además que existen fuerzas de mercado que tiran del sector, haciéndolo crecer cada vez más.
Estas inversiones son buenas y necesarias, pero no son completas si es que no se destina un porcentaje de dicha inversión a preparar a los agricultores, a capacitarlos en técnicas modernas. Si el agricultor no está formado íntegramente, el sector al que pertenece seguirá creciendo en cifras, más no en elevar la calidad de vida de los agricultores, pues seguirán sumidos en la pobreza que, tal parece, se ha convertido en una condición necesaria para ser agricultor.
Lic. Jorge Sandoval Ramírez
Director del CFDA