Día de la tierra y momentos de reflexión
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- 22/04/11 a las 10:41 AM (4765 Visitas)
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El día 22 de Abril el mundo celebra el día de la tierra y coincide esta fecha, en el mundo cristiano, con la celebridad de semana santa, lo que nos señala días de reflexión.
Me uno a estos días de meditación con un artículo que pretende revalorar el uso inteligente que hacían nuestros antepasados de los recursos naturales en la cuenca, del respeto que tenían a la naturaleza.
Si elaboramos una línea del tiempo y colocamos en él nuestro relativo corto pasado, y lo hacemos coincidir con la línea de los procesos climáticos en la Tierra, es probable que nuestros antepasados hayan lidiado con una naturaleza hostil que obedecía a un cambio climático quizás menos evidente que el que experimentamos ahora; con menos argumentos científicos y técnicos, pero con una gran fortaleza que ahora no tenemos: la visión mística de los astros, la veneración a los recursos agua y tierra y, sobre todo, el respeto a la naturaleza que se evidencia en la manera como “gestionaban” la cuenca.
Línea del tiempo peruana
Hablar de las prácticas de siembra de agua que realizaban nuestros antepasados tiene que relacionarse con la visión de cuenca que ellos tenían en la práctica. En el primer gráfico vemos los principales sistemas de gestión llevados a la práctica por los ingenieros pre incas e incas, que revelan el conocimiento y talento científico que conjuga la aplicación de una serie de ciencias.
- Las partes altas de las cuencas estaban completamente forestadas o con cobertura vegetal, como evidencian algunos lugares (Provincia de Castrovirreyna, Huancavelica) con bosques completos de quinuales o queñua, además de una amplia gama de especies nativas adaptadas al medio que ahora simplemente han desaparecido.
- A lo largo de los andes podemos apreciar una serie de represas que por su ubicación denominamos alto andinas, de mediana capacidad, cuya función era almacenar las aguas de las lluvias. Podemos apreciar capacidades desde unos cientos de miles de metros cúbicos hasta cerca del millón de metros cúbicos; nunca posicionadas en los cauces de los ríos.
- Observatorios solares, los cuales sin ser una obra hidráulica tenían una espectacular aplicación en el control climático para beneficio de sus cultivos, registro de los principales eventos de la comunidad, cambios de estación, registro de nacimientos, entre otros usos. Una muestra es Chankillo – Casma, en Ancash, ubicada estratégicamente en las zonas menos vulnerables y de mayor visibilidad del valle.
- La ubicación de los principales asentamientos humanos estuvieron siempre en las partes altas, lejos de la fuerza devastadora de los ríos o quebradas, que tantas vidas o pérdidas económicas generan actualmente.
- Según Luis Masson Meiss, estudioso de los sistemas de andenería, en el Perú existe aproximadamente un millón de hectáreas en andenes. De ellos solo se explotan efectivamente un 25%. Llama la atención que no se cuente con un inventario actualizado y confiable de esta portentosa obra de ingeniería legada por los incas. Constituyen un patrimonio cultural sub utilizado en zonas donde prevalece la pobreza extrema por contradicción.
- Los sistemas de amunas, de mayor presencia en la serranía de Lima, son una práctica ancestral de recarga de acuífero, que ahora se muestra como novedosa, pero que los pre incas limeños hicieron con excelentes resultados; como hasta ahora lo practican los pobladores de Tupicocha en Huarochiri, Lima. Este es el mejor ejemplo de la llamada “siembra del agua”. El sistema funcionaba con zanjas abiertas que siguen las curvas de nivel de las punas, lo que permitía conducir el agua de lluvia hasta un lugar llamado cochas, abiertas para recibir el agua y que luego se filtrara en la montaña para surgir, aguas abajo, como puquios meses después
- Los puquios, ojos de agua, (ñahui yaku) se favorecían por la siembra del agua que realizaban nuestros antepasados en las partes altas de las cuencas. En muchos lugares donde existen estos puquios hay un descuido y deterioro de estas importantes fuentes de agua: botaderos de basura, eliminación de especies forestales que “atraen” la presencia del agua, siembra de especies foráneas (eucalipto) que, según los entendidos, funcionan como bombas consumidoras de agua.
- Son innumerables los vestigios de obras descomunales como los canales de riego que, muchas veces, cruzan los andes llevando las aguas de una cuenca hacia otra (trasvases), con mejores posibilidades o potencial agronómico: suelo, clima, adaptación de especies, entre otros aspectos. Un ejemplo vivo es el Sistema de Riego Huirucatac, en la parte alta de la cuenca del río Nepeña, en Huaylas (Ancash), donde mediante un sistema de lagunas interconectadas (Coñoc Ranra, Capado Cocha, Tocanca, entre otras), unidas por el canal Huirucatac de más de 100 km, se llevan las aguas desde la cuenca del río Nepeña hacia la cuenca del Río Santa Lacramarca. Este sistema está aún por redescubrirse y mostrar al mundo su portento.
- Las riberas de los ríos cubiertas con especies forestales, es decir, una defensa ribereña efectiva y práctica que ahora hemos olvidado. Basta con escuchar los comentarios de los lugareños de mayor edad de las comisiones de regantes, donde hemos realizado trabajos, quienes cuentan que “antes los ríos estaban encañonados o confinados, era prácticamente imposible pasar de una ribera a otra, salvo por lugares especialmente identificados”.
- Los waru waru o camellones, son prácticas ancestrales de uso común en el altiplano, en áreas inundables o inundadas, que consisten en “jalar” tierra formando una plataforma o “cama” rodeada de agua, donde se realiza la siembra. Esta agua alrededor del waru waru crea un microclima que mitiga el efecto de las heladas, permitiendo el desarrollo de los cultivos.
- Los acueductos, que son trabajos de ingeniería hidráulica que debemos revalorar y buscar que se consideren como una maravilla de la ingeniería civil, al igual que el santuario de Tipón, en Cusco. Estos acueductos conducen las filtraciones de los ríos, Aija, Tierra Blancas y Nazca por tramos subterráneos (galerías socavón) y por tramos descubiertos (galería zanjón).
Chimenea de sección helicoidal hecha con canto rodado y sin aglomerante alguno
Canal en parte descubierta anchapado en piedra canto rodado sin aglomerante alguno
Los tramos descubiertos lo revistieron con piedra canto rodado, colocados de tal manera y sin aglomerante alguno, que han resistido los embates de la naturaleza. Las aguas que discurran por estas galerías eran recibidas en reservorios o cochas y de ahí se distribuían a los campos de cultivo, de esta manera pudieron desarrollar toda una civilización que hasta el día de hoy nos sorprenden.
La propuesta
El escenario electoral actual nos permite volver a plantear propuestas para luchar contra la pobreza extrema y la desnutrición. Con esta premisa proponemos la creación del Programa Nacional de Recuperación de los Sistema de Andenerías, con visión social, económica y turística.
Tal como señalamos antes, los andenes son un patrimonio sub utilizado. Este programa debe ser una alternativa productiva de lucha contra la pobreza bajo un enfoque multidimensional: ingeniería, agroecología, ambiente e historia. Recuperar los hermosos espacios dotándolos de infraestructura para recibir visitantes que quieran realizar turismo vivencial, donde puedan tener contacto con la naturaleza, realizar actividades de “mantenimiento” de cultivos y ver la aplicación del agua a través del riego, el resplandor de los frutos y la belleza paisajística.
Queda hecha la propuesta para que mediante los gobiernos regionales y locales se pueda realizar este proyecto en post del ansiado desarrollo sostenible.