El aporte de la viticultura norteña
por
- 07/10/10 a las 12:20 PM (3387 Visitas)
Por más que los viejos piuranos hablaban con nostalgia de su viticultura de antaño, y del excelente pisco y vino de Mallares, en general se tenía la idea de que el cultivo de la vid necesitaba de cierto número de horas de frío, y en consecuencia, solo se podía cultivar vid en la costa sur del Perú. Pero no; el tiempo les está dando la razón a aquellos viejos norteños que recuerdan con orgullo a sus viñas del pasado. El boom de la uva de mesa, que para sorpresa de propios y extraños, se está dando en Piura y Lambayeque, demuestra fehacientemente que la vid se puede cultivar en el trópico, y no solo eso… que los rendimientos son de primera y la calidad de la fruta es tan buena como la excelente uva de mesa de los climas templados del sur, y – más aún – que se puede podar cuando uno quiera para producir uva en cualquier época del año. O sea, una maravilla.
A ese respecto, me permito recomendarles a los profesores de fisiología vegetal de la Universidad Nacional Agraria La Molina, y de otras muchas universidades del interior del país y del exterior, que eliminen de sus cátedras en la materia el tema de las horas de frío requeridas para el cultivo de la vid. Simplemente porque está probado que no se requiere de clima frío para producir uva competitivamente. Y para sustentar mi recomendación, yo les diría a dichos catedráticos que ahí está la exitosa experiencia vitícola norteña, la cual viene precedida de la mundialmente famosa viticultura de Petrolina en el Valle de San Francisco, al noreste de Brasil; en plena selva semiárida donde no solo no hay frío, sino un calor infernal durante todo el año.
El hecho es que el gran crecimiento de las exportaciones de uvas de mesa peruanas de la temporada pasada, se debió en buena cuenta al aporte sustancial de los viticultores de Piura y – en menor medida – de Lambayeque. Tan es así, que en su primer año franco de exportación, la costa norte exportó cerca de 10 mil toneladas de uvas de mesa, y en la campaña que está por empezar en octubre entrante, y que terminará en enero de 2011, se habla de más que duplicar dicha cifra.
¿Qué pasará en el 2012 y en adelante? Pues más uva peruana ocupará más espacios de anaqueles de los más importantes mercados del mundo. Está cantado. Los numerosos viñedos recién instalados que se aprecian a lo largo de toda la costa, y los millones de plantones de uvas de mesa que se están preparando en los diversos viveros del país, permiten avizorar que dentro de unos 5 años, el Perú tendrá unas 20,000 hectáreas de viñedos de uvas de mesa, y exportará cerca de 300,000 toneladas de dicha fruta al año.
Pues así está la cosa en el país, y particularmente en la costa norte. La uva de mesa tropical está de moda, y el Perú – con el aporte de Piura, Lambayeque, Ica y Arequipa – va camino a convertirse en un importante jugador en el negocio mundial de la uva de mesa.