En la liga de campeones de la viticultura mundial
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- 07/07/14 a las 11:08 AM (1184 Visitas)
Uvas tuvimos toda la vida, aunque para ser precisos, fueron los conquistadores españoles – allá por el siglo XVI – los que trajeron las primeras sepas de vid a América, y concretamente al Perú.
Sin embargo, no es la uva traída por los españoles lo que me motiva a escribir esta nota, sino las uvas de mesa que desde hace unos pocos años estamos cultivando en la costa peruana, y exportando de manera creciente a todo el mundo. Lo que nos lleva a formularnos la siguiente pregunta: ¿qué pasó; qué hizo que los peruanos decidamos incursionar en el negocio de exportación de uvas de mesa, recién a partir de los años 90?
Ciertamente, no fue el clima, ni la tecnología, ni el mercado lo que propició las inversiones en la viticultura de exportación del país. En realidad, nuestro clima costero sigue siendo el mismo de toda la vida, a pesar de lo que digan los agoreros del cambio climático y de la contaminación del medio ambiente. La tecnología tampoco, pues para ese entonces el riego tecnificado – o mejor dicho, el fertirriego – ya estaba disponible en países como Israel, Estados Unidos, Europa y Chile. Y tampoco el mercado, pues uvas de mesa siempre se consumieron de manera masiva, tanto en Norte América, como Europa y Asia.
Entonces – repito – si nada cambió en materia climática, tecnológica y comercial ¿qué pasó en nuestro país, de modo tal, que de buenas a primeras, a partir de los años 90, optáramos con tanta determinación por la viticultura de exportación? Pues bien, lo que cambió en nuestro país fue la política.
Aunque muchos no hayan reparado en ello, e inclusive, aunque muchos no lo quieran reconocer, fue la Constitución de 1993, aquella que permitió – y garantizó – cualquier forma de propiedad sobre la tierra, a diferencia de la anterior que prohibía ex profesamente las sociedades anónimas en el agro, lo que propició el resurgimiento de la agricultura empresarial en nuestro país, la cual había sido destruida por la Reforma Agraria de Velazco.
Efectivamente, la pujante agricultura exportadora del Perú, liderada por la viticultura, es un fenómeno relativamente nuevo en nuestro país. Tan nuevo que hasta hace muy poco, nuestras exportaciones de uvas de mesa apenas aparecían en los últimos lugares del ranking de países exportadores de uvas de mesa.
Pero ahora las cosas han cambiado radicalmente, y para mejor. Estamos a punto de superar a Sudáfrica, para ubicarnos en el segundo lugar del ranking de exportadores de uvas de mesa del hemisferio Sur, y – ¿quién sabe? – más pronto que tarde, podríamos estar alcanzando – y superando – al gigante Chile para convertirnos en el primer exportador de uvas de mesa a nivel mundial.
Es que haber subido de 150 mil toneladas de uvas de mesa exportadas en la campaña 2012 / 2013, a 220 mil toneladas en la campaña 2013 / 2014 denota, además de un apreciable volumen de fruta exportada, un ritmo vertiginoso de crecimiento que proyectado en el tiempo, nos lleva a pensar que no serán muchos los años que debemos esperar para liderar las exportaciones mundiales de uvas de mesa.
En todo caso, años más – años menos, ya estamos jugando en la liga de campeones de la viticultura mundial. ¡Un logro notable de la pujante y modernísima viticultura del Perú!